MASHAL HAKISHRONOT משל הכישרונות: PARÁBOLA DE LOS TALENTOS –
HABILIDADES

MASHAL HAKIKARIM מְשַׁל הַכִּכָּרִים: PARÁBOLA DE LOS TALENTOS [MONETARIOS]
Con respecto
a la vida mesiánica, el Brit Hadashá (Nuevo Testamento) revela que primero
tenemos que recibir a la Ruaj (Espíritu) de Elohim (Dios) en
nuestro Ruaj para ser regenerados; después, debemos crecer.
Crecer equivale a ser transformado, y la transformación consiste
principalmente en ser renovados en el Ruaj de nuestra mente. La
transformación y la renovación de la mente dan por resultado que la Ruaj
HaKodesh (Espíritu Santo) llene nuestra alma. La mente es la parte
principal del alma. Ser renovados en el Ruaj de nuestra mente equivale a
tener nuestra mente llena y saturada de la Ruaj. Entonces, la Ruaj
que ha impregnado nuestra mente renovará todo nuestro ser. Es así como nuestro
ser, o sea, nuestra alma, será saturada de la Ruaj y obtendremos la
porción adicional de aceite en nuestra vasija.
Como
indicamos en el mensaje anterior, ser regenerados consiste en tener un nuevo
nacimiento al recibir la Ruaj en nuestro Ruaj, lo cual equivale a
tener aceite en nuestra lámpara. Pero tener aceite en la vasija significa tener
a la Ruaj en nuestra alma, y equivale a crecer en vida, ser
transformado, ser renovado en todo nuestro ser y llenar nuestra alma con la Ruaj
HaKodesh de Elohim. Es así como velamos y nos preparamos para la
venida del Adón (Señor). Así también nos preparamos para ser arrebatados
a la presencia del Adón.
ANÁLISIS
DE PERSONAJES Y ELEMENTOS DE LA PARÁBOLA
Personaje
/ Elemento |
Rol
en la Parábola |
Peshat
(Interpretación literal) |
Mensaje
Simbólico Remez (Interpretación simbólica) |
El
Hombre |
El
amo que entrega sus bienes y luego regresa. |
Un
hombre de negocios que se va de viaje. |
HaMashíaj
(el Mesías), que ascendió a los cielos y regresará
para juzgar a los creyentes. |
Los
Esclavos |
Siervos a cargo de los
bienes del amo. |
Personas a las que el
amo confía su dinero. |
Los creyentes,
que son vírgenes (en la vida) y esclavos (en el servicio), responsables de
los bienes de Elohim. |
Talentos |
La
cantidad de dinero entregada a los esclavos. |
Unidades
monetarias de gran valor. |
Los
dones espirituales y las posesiones del Adón,
como la Besorá, la verdad, los creyentes y la iglesia. |
Esclavo
Fiel |
El que multiplica sus
talentos. |
Un siervo trabajador
que genera ganancias. |
El creyente fiel y
diligente que usa sus dones al máximo para la
obra del Adón, obteniendo recompensa (autoridad y disfrute). |
Esclavo
Perezoso |
El
que esconde su único talento. |
Un
siervo que entierra el dinero por miedo. |
El
creyente infiel o perezoso que no usa sus dones
y los desperdicia, recibiendo castigo (disciplina en el reino venidero). |
La
Tierra |
El lugar donde se
entierra el talento. |
El suelo del campo. |
El mundo y lo terrenal.
Representa el involucrarse en asuntos mundanos y pasivos que anulan el don
espiritual. |
Banqueros |
Quienes
podrían haber generado intereses. |
Instituciones
o personas a las que se les confía dinero para invertir. |
Los
nuevos creyentes y los creyentes débiles. Son aquellos
a quienes se debe ministrar y cuidar para que los bienes de Elohim se
multipliquen. |
Tinieblas
de Afuera |
El lugar de castigo
para el esclavo inútil. |
Un lugar de oscuridad,
alejado de la presencia del amo. |
El castigo o la
disciplina para los creyentes infieles durante la
era del reino, no la perdición eterna. |
LA PARÁBOLA SOBRE LA
NECESIDAD DE SER FIELES
Habiendo ya
estudiado el Mashal sobre la necesidad de velar (Matityahu 25:1-13),
procedamos ahora a estudiar en este mensaje el Mashal sobre la necesidad
de ser fieles (Matityahu 25:14-30). El Mashal de las vírgenes muestra la
necesidad de velar, pero el de los talentos presenta la necesidad de ser
fieles.
Cuando
estudiamos el capítulo veinticuatro señalamos que, con respecto a los
creyentes, existen dos aspectos: el aspecto de velar y estar preparados,
y el de ser fieles y prudentes. Los creyentes experimentan estos dos
aspectos debido a que tienen una condición doble: una parte se relaciona con la
vida, y la otra, con el servicio. Ningún creyente debe descuidar
estos dos aspectos; al contrario, es necesario prestar a ambos la atención
debida, a fin de tener una vida y un servicio útiles. En lo que corresponde a
la vida, somos vírgenes; en lo que corresponde al servicio, somos esclavos.
Esto significa que, en cuanto a velar, somos vírgenes, lo cual se relaciona con
lo que somos. Pero en cuanto a ser fieles, somos esclavos, lo cual se
relaciona con lo que hacemos.
Aunque
posiblemente nos agrade el término “vírgenes”, quizás no nos guste oír que
somos esclavos; no obstante, no sólo somos vírgenes sino también esclavos. Para
las vírgenes el Adón es el Jotán (Novio), pero para los esclavos
Él es el Amo. De manera que, no solamente nosotros tenemos una condición
doble, sino que también el Adón la tiene. Por una parte, Él es nuestro Jotán
adorable, pero por otra, Él es nuestro Amo estricto. En ocasiones Él es
muy apacible para con nosotros, pero otras veces Él nos trata de una manera
estricta.
A las
vírgenes se les exige algo interno, lo cual es ser llenas del aceite en
sus vasijas; pero a los esclavos se les exige algo externo, lo cual es usar
el talento espiritual. Ser llenos de la Ruaj HaKodesh es el aspecto
interno; pero usar el talento, el don espiritual, es el aspecto externo. Como
vasos necesitamos interiormente el aceite, y como esclavos necesitamos
exteriormente los talentos.
El aceite
que llena la vasija llega hasta el fondo de ésta, o sea que, la renovación y la
transformación de nuestro ser se efectúan desde nuestro interior. Hoy la
mayoría de los mesiánicos carecen de esta obra interior; en cambio, muchos
mesiánicos se esfuerzan por mejorar su apariencia exterior. La religión se
interesa por la conducta exterior, pero la gracia de Elohim se ocupa de
llenar nuestro ser con la Ruaj HaKodesh y de transformarnos desde
nuestro interior. El aceite interior es muy distinto al maquillaje exterior. El
maquillaje cambia de inmediato nuestra apariencia externa, pero el
camino que Elohim ha establecido consiste en que bebamos de la Ruaj
y le permitamos llenar nuestro ser. Así, nuestra apariencia ciertamente
cambiará, pero el cambio ocurrirá desde nuestro interior. Por ejemplo,
si como, bebo y recibo una alimentación nutritiva que llene mi ser, tendré un
semblante saludable.
El hecho de
que debemos ser renovados desde nuestro interior no significa que no se
requiera cierta actividad exterior. Aquel que recibió cinco talentos los
negoció diligentemente y ganó otros cinco. Esto indica que necesitamos tanto la
renovación interior como el servicio exterior; es necesario tanto el crecimiento
interior como las actividades prácticas. Debemos permitir que este
principio deje una impresión profunda en nosotros: en relación al aspecto de
vida, tenemos que ser renovados desde nuestro interior; en relación al aspecto
del servicio, tenemos que ser muy activos prácticamente. En ocasiones, estamos
tan ocupados con las actividades que descuidamos la renovación interior; pero
otras veces, nos preocupamos tanto por la vida interior que no trabajamos
adecuadamente. Esta condición equivale a ser como una torta no volteada (Hoshea 7:8). De un lado estamos quemados como
el carbón, y del otro lado, estamos crudos; no se puede comer ninguno de los
dos lados. Debemos ser como una torta volteada y bien horneada de ambos lados.
Si trabajamos mucho, el Adón nos dirá que debemos reposar; pero si
descansamos mucho, el Adón nos dirá que debemos trabajar.
1. UN
HOMBRE QUE SALE AL EXTRANJERO
El Verso 14
dice: “Porque el reino de los cielos es como un hombre que, al irse al
extranjero, llamó a sus esclavos y les entregó sus bienes”. Este Mashal
de los talentos, tal como el de las diez vírgenes, tiene que ver con el reino
de los cielos. Aquí el hombre es HaMashíaj (el Mesías), quien estaba a
punto de ir al extranjero.
2.
ENTREGA SUS BIENES A SUS SIERVOS
Este Verso
dice que el hombre entregó sus bienes a sus esclavos. Los esclavos representan
a los creyentes en el aspecto del servicio (1
Co. 7:22-23; 2 P. 1.1; Yaakóv 1:1; Ro. 1:1). Como hemos visto, la
condición de los creyentes en relación a HaMashíaj tiene dos aspectos:
en cuanto a vida, son vírgenes que viven para Él; en cuanto al servicio, la
obra, ellos son los esclavos que Él ha comprado y que le sirven.
Los bienes
que fueron entregados a los esclavos incluyen toda las Kadoshim Ketuvim desde
el Bereshit hasta la Besoráh (evangelio), la verdad, los creyentes y la Kehila
“congregación”. Los creyentes son la herencia de Elohim, Su posesión
(Ef. 1:18). En Matityahu 24:45 vemos que los creyentes son
también la casa de Elohim, Su familia. Esto esta en consonancia con las
dos monedas entregadas al Mesonero – Posadero de la posada del la parábola del buen
samaritano.
3. A UNO
DA CINCO TALENTOS, A OTRO DOS Y A OTRO UNO
El Verso 15
dice: “A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y se fue”. En la parábola de las vírgenes el aceite
representa la Ruaj de Elohim, mientras que, en este MASHAL,
los talentos representan los dones espirituales (Ro. 12:6; 1 Co. 12:4; 1 P. 4:10; 2 Ti. 1:6).
En cuanto a la vida necesitamos el aceite, la Ruaj de Elohim, y
necesitamos que Él nos llene a fin de que podamos vivir como vírgenes para el
testimonio del Adón; en cuanto al servicio, la obra, necesitamos el talento,
el don espiritual, para ser equipados como buenos esclavos a fin de llevar a
cabo la obra que el Adón quiere realizar. Ser llenos de la Ruaj
en vida nos capacita para usar el don espiritual en el servicio, y el don
espiritual en el servicio corresponde a ser llenos de la Ruaj en vida,
lo cual nos hace miembros perfectos de HaMashíaj.
El Verso 14
dice que el hombre entregó sus bienes a los esclavos, pero el Verso 15
dice que les dio talentos. Esto indica que los talentos dados (v. 15)
son los bienes entregados (v. 14). En otras palabras, el Adón usa Sus
bienes como talentos para nosotros. Por ejemplo, la Besorá es una
posesión del Adón, pero cuando Él nos lo entrega, llega a ser nuestro
talento. De igual modo, la verdad es una posesión del Adón, pero cuando
Él nos la da, llega a ser un talento. Bajo este mismo principio, todos los
creyentes son posesiones del Adón. Cuando los creyentes nos son dados,
llegan a ser nuestros talentos. Sin los creyentes, mi talento no sería tan
grande. Además, la iglesia es la posesión del Adón. Cuando la iglesia
nos es dada, ella llega a ser nuestro talento. Cuantas más posesiones nos dé el
Adón, más talentos tendremos. De igual manera, cuantas más cargas
recibamos del Adón, más talentos tendremos.
Muchos
mesiánicos saben que en este Mashal los talentos son los dones, pero no
se dan cuenta de que las posesiones del Adón son la fuente de donde
originan los dones. Hoy las posesiones del Adón consisten principalmente
en la Besorá, la verdad, los creyentes y la iglesia. Si usted no se
interesa por estos bienes, no poseerá ningún talento. La Besorá tiene
que llegar a ser nuestra posesión, al igual que la verdad, los creyentes y la
iglesia. Mis talentos no provienen de mi hombre natural; mis talentos son la Besorá,
la verdad, los creyentes y la iglesia. Si me quitara todo esto, me quedaría sin
nada. Mi talento es tan grande porque no sólo me ocupo de la Besorá y la
verdad, sino también de miles de creyentes y de cientos de congregaciones. Esta
es la razón por la que este ministerio ha tenido impacto.
No
deberíamos esperar, de modo indiferente, a que el Adón nos dé algo; más
bien, debemos buscar diligentemente la Besorá y la verdad. Debemos
estudiar ávidamente y conocer los temas de la caída del hombre, la redención,
regeneración, salvación, la limpieza de nuestros pecados por la sangre y el
lavamiento de la Ruaj. Todos estos son aspectos de la Besorá
completa. Entre más conozcamos la Besorá, más talentos tendremos.
Debemos orar para que el Adón nos ayude a conocer y a experimentar la
verdad; debemos experimentar la verdad con respecto a la congregación, el
propósito eterno de Elohim y la economía de Elohim. De esta
manera, tales verdades llegarán a ser nuestros talentos y seremos capaces de
ministrarlas a los demás. Al hacer esto, los bienes del Adón se
convertirán en nuestros talentos. Además, tenemos que orar: “Adón,
quiero cuidar a los santos y sobrellevar sus cargas. Abro mi corazón para
recibirlos”. Si tenemos un corazón que pastoree a los santos y sobrellevamos
sus cargas, entonces ellos, que son la posesión del Adón, nos serán
dados como un talento. ¡Cuán agradecido estoy que tantos santos y cientos de
congregaciones han llegado a ser mi talento! porque ellas han sido añadidas a
mi talento.
Si desea
recibir más talentos, usted debe tener un corazón dispuesto a cuidar de los
santos. Por ejemplo, si alguien está desempleado, debería orar por él y
sobrellevar sus cargas. Esto sería una demostración de que el Adón le ha
dado esa persona a usted como un talento. Sin embargo, si usted no sobrelleva
las cargas de los santos ni cuida de ellos, esto quiere decir que ha abandonado
los bienes del Adón. Cada santo querido forma parte de las posesiones
del Adón. No es un asunto insignificante cuidar de los santos, porque
ellos son la posesión del Adón.
Cuando los
bienes del Adón están en Su mano, ellos son Su posesión, pero cuando nos
son entregados, estos llegan a ser nuestro talento. Nunca abandone la carga que
el Adón le haya dado. No importa si estoy muy ocupado, no puedo
despreocuparme de ningún talento recibido, porque hacer esto sería desechar los
bienes del Adón. El Adón está llevando a cabo una obra vasta en
Su recobro, y para realizar esta labor Él necesita que miles de jóvenes se
levanten y asuman esta responsabilidad.
El talento
no se refiere a lo que recibimos por nacimiento, sino a una carga recibida de
parte del Adón. Cuando usted tome la carga, recibirá el talento. Por
ejemplo, si usted toma la carga de una congregación local, recibirá un talento;
pero si toma la carga de cinco congregaciones, recibirá cinco talentos, este es
solo un ejemplo, porque los talentos son repartidos según los dones de cada
persona y así mismo las responsabilidades.
4. DA A
CADA UNO CONFORME A SU CAPACIDAD
Aunque los
talentos no son nuestras habilidades, sino los bienes del Adón, estos
nos son dados conforme a nuestra capacidad. Nuestra capacidad se compone de lo
que somos como seres creados por Elohim más nuestro aprendizaje. La
utilidad de nuestra capacidad depende de cuán dispuestos estemos de corazón; si
no estamos dispuestos de corazón, no tendremos la capacidad de recibir el
talento. La capacidad de recibir el talento es proporcional a la disposición de
nuestro corazón.
5. Los
que recibieron cinco y dos talentos negocian con ellos
Los Versos
16 y 17 dicen: “Inmediatamente el que había recibido cinco talentos fue y
negoció con ellos, y ganó otros cinco. Asimismo, el que había recibido dos,
ganó otros dos”. Negociar con los talentos equivale a usar el don que el Adón
nos ha dado, y ganar otros talentos significa que el don que recibimos del Adón
ha sido usado a su máximo potencial, sin pérdida ni desperdicio alguno.
De acuerdo
con el capítulo veinticuatro, el esclavo debía proveer alimento a la casa.
Esto se refiere a ministrar la Palabra, la cual nutre con las riquezas de HaMashíaj
como suministro de vida, a quienes constituyen la casa de Elohim. Sin
embargo, aquí habla de negociar con los talentos a fin de multiplicarlos.
Por lo tanto, el resultado de nuestro servicio tiene dos aspectos: el
primero consiste en que otros son ricamente alimentados y nutridos, y el
segundo, en que logramos multiplicar los bienes del Adón. Por ejemplo,
entre más predicamos la Besorá, más rico llega a ser. Sucede lo mismo
con las verdades. Cuando ministramos las verdades a otros, éstas se
multiplican. Sucede también lo mismo con los santos y con las congregaciones;
tanto los creyentes como las congregaciones se multiplicarán. De manera que,
cinco talentos se convierten en diez, y dos talentos llegan a ser cuatro.
6. EL
ESCLAVO QUE RECIBE UN TALENTO, CAVA EN LA TIERRA Y LO ESCONDE
El Verso 18
dice: “Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el
dinero de su Adón”. Este MASHAL hace hincapié principalmente en
aquel que recibió un solo talento, es decir, el don más pequeño. Es muy fácil
que los menos dotados no usen bien su don o que no lo tomen en cuenta.
La tierra
representa al mundo; por consiguiente, cavar en la tierra significa
involucrarse con el mundo. Cualquier asociación con el mundo, cualquier
participación en él, incluso una pequeña conversación mundana, enterrará el don
que hemos recibido del Adón. La expresión “escondió el dinero de su Adón”
significa no usar el don del Adón, desperdiciándolo con ciertos
pretextos humanos. Poner cualquier excusa para no usar el don del Adón
equivale a esconderlo. Este peligro se encuentra siempre en aquellos que han
recibido un solo talento, aquellos que consideran su don como el más pequeño.
El esclavo
que recibió un solo talento no lo multiplicó. Por ejemplo, en cierta región
puede haber una congregación, y diez años después, sigue habiendo sólo una
congregación en toda esa región. Algunos pueden pensar que el esclavo que
recibió un talento hizo bien en no perder el talento y en devolver al Adón
lo que era de Él. El esclavo de un talento parecía decir: “Adón, aquí
está lo que es Tuyo. Tú me entregaste un talento y yo he sido fiel guardándolo,
protegiéndolo y preservándolo. Por Tu misericordia y gracia, lo he guardado”.
Pero nuestro servicio debe producir ganancias, es decir, los talentos tienen
que multiplicarse. La voluntad de Elohim no es que simplemente
mantengamos lo que Él nos ha dado. Si usted es fiel en guardar la Besorá,
la verdad y la congregación, pero no obtiene ningún incremento ni
multiplicación, el Adón dirá que usted ha sido perezoso y además lo
llamará esclavo malo. A los ojos del Adón es algo maligno enterrar el
talento y no hacer que se multiplique. Al Adón no le interesan nuestros
argumentos ni excusas, a Él sólo le interesa que logremos multiplicar el
talento en dos. Este es un asunto muy serio. Nuestro servicio debe alimentar y
satisfacer a los demás, y debe producir más talentos.
7. EL
ADÓN DE LOS ESCLAVOS VIENE PARA ARREGLAR CUENTAS CON ELLOS
El Verso 19
dice: “Después de mucho tiempo vino el Adón de aquellos esclavos, y
arregló cuentas con ellos”. La expresión “mucho tiempo” se refiere a toda la
era de la congregación, y “vino” hace referencia al descenso del Adón al
aire (1 Ts. 4:16) en Su venida,
Su parusía. Después de enterrar el talento, el esclavo malo pensaba que todo
estaría bien. No tenía la menor idea de que su Adón vendría para
arreglar cuentas con él. La expresión “arregló cuentas” indica el juicio del
Adón en Su tribunal (2 Co. 5:10; Ro. 14:10)
en los aires, (dentro de Su parusía) donde serán juzgadas la vida, la
conducta y las obras de los creyentes, y en donde recibirán recompensa o
castigo de parte del Adón (1 Co. 4:5;
Matityahu 16:27; Ap. 22:12; 1 Co. 3:13-15).
8. LOS DE
CINCO Y DOS TALENTOS SON RECOMPENSADOS
El Verso 20
dice: “Y acercándose el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco
talentos, diciendo: Adón, cinco talentos me entregaste; mira, otros
cinco talentos he ganado”. El esclavo que había recibido cinco talentos se
acerca a su Adón; esto se refiere a que compareceremos ante el tribunal
de HaMashíaj. Ganar otros cinco talentos es el resultado de usar al máximo
el don de cinco talentos.
El Verso 21
dice: “Su Adón le dijo: Bien, esclavo bueno y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Adón”. La palabra
“poco” indica la obra del Adón en esta era; “sobre” significa la
autoridad para reinar en el reino venidero; y “mucho” se refiere a las
responsabilidades del reino venidero. La expresión “el gozo de tu Adón”
indica el disfrute que tendremos del Adón en el reino venidero. Esto se
refiere a la satisfacción interna, y no a la posición externa. Participar
del gozo del Adón constituye la recompensa más grande, y es mejor aunque la
gloria y la posición en el reino. Aquí vemos que la recompensa dada al
esclavo fiel tiene dos aspectos: la autoridad y el disfrute. El esclavo
fiel entrará directamente a la presencia del Adón en la manifestación
del reino.
Se le da la
misma recompensa al que tenía dos talentos como al que tenía cinco. Cuando vino
el que tenía dos talentos y dijo que él también había ganado otros dos
talentos, el Adón le dijo lo mismo que le había dicho al de cinco
talentos (vs. 22-23). Aunque el don dado al de dos talentos era más pequeño que
el don otorgado al de los cinco talentos, en ambos casos la evaluación y la
recompensa del Adón fueron las mismas. Esto indica que la evaluación y
recompensa del Adón no se relacionan con nuestras obras, por muy
numerosas y buenas que sean, sino con nuestra fidelidad en usar el don a su
máximo potencial. El que tenía un solo talento habría sido felicitado y
recompensado de la misma manera si hubiera sido fiel como los otros.
9. EL DE
UN TALENTO ES REPRENDIDO Y CASTIGADO
El Verso 24
dice: “Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: Adón,
te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde
no aventaste”. El que había recibido un solo talento y no había producido
ninguna ganancia para el Adón, también compareció ante el tribunal de HaMashíaj
en los aires. Esto no sólo demuestra que era salvo, sino que también
había sido arrebatado al aire. Ningún incrédulo podrá ser arrebatado ni
podrá comparecer ante el tribunal de HaMashíaj.
El de un
talento dijo que el Adón era un hombre duro, que segaba donde no había
sembrado y recogía donde no había aventado. Aparentemente, el Adón es
duro al ser tan estricto. Él exige que usemos el don al máximo para Su obra, lo
cual requiere nuestra entrega incondicional. Pareciera que la obra del Adón
empieza siempre desde cero, pues aparentemente nos exige que trabajemos por Él
sin nada, segando donde no sembró y recogiendo donde no aventó. Aquel que
recibió un talento no debe tomar eso como pretexto para descuidar el uso de su
don; más bien, debería sentirse obligado a ejercitar su emuná (fe) para
usar su don al máximo.
El Verso 25
dice: “Por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira,
aquí tienes lo que es tuyo”. Tener miedo es algo negativo. Nosotros, por
el contrario, debemos ser positivos y agresivos al usar el don del Adón.
Si somos fieles, no tendremos miedo alguno.
El esclavo
que tenía un solo talento fue y lo escondió en la tierra, lo cual muestra mucha
pasividad. Debemos ser activos en la obra del Adón. Ya que él
enterró su talento, lo más que pudo hacer fue regresarlo al Adón. No es
suficiente sólo guardar el don del Adón y no perderlo; debemos usarlo y
sacar provecho de ello. El de un talento parecía decir: “Mira, Adón,
aquí tienes lo que es tuyo; no perdí nada. He sido fiel en guardar lo que me
diste”.
El Verso 26
dice: “Respondiendo su Adón, le dijo: Esclavo malo y perezoso, sabías
que siego donde no sembré, y que recojo donde no aventé”. Aquí el Adón
reconoce que Él es estricto en lo que exige de Sus esclavos para Su obra. En
cierto sentido, el Adón sí es tal hombre duro. Él siempre siega donde no
ha sembrado y recoge donde no ha aventado. Es un hecho de que el recobro del Adón
empezó de la nada.
En cierto
sentido, era cierto lo que el esclavo dijo que el Adón recogía donde no
había aventado y que segaba donde no había sembrado; pero, en otro sentido,
esto no era cierto. No deberíamos decir que el Adón no ha aventado, pues
Él nos ha dado a cada uno por lo menos un talento. El hecho de que nos haya
dado tal talento confirma que Él ha sembrado y aventado. Ahora el Adón
nos envía a recoger donde Él no ha aventado y a segar donde Él no ha sembrado. Ninguno
de nosotros puede afirmar que el Adón no nos ha dado nada, porque al menos
hemos recibido un talento. Este talento es la semilla para sembrar y los
bienes para esparcir. De modo que, debemos segar donde el Adón no ha
sembrado y recoger donde no ha aventado. Lo que el Adón nos dio contiene
el elemento productivo. Dondequiera que usemos nuestro talento habrá un
resultado productivo, pero este fruto depende de que ejercitemos el talento y
lo pongamos en uso. El talento producirá si lo usamos; pero si lo escondemos,
no producirá ninguna ganancia.
Esconder
el talento en la
tierra equivale a que uno se involucre con algo terrenal, o sea, con algo
aparte de la Ruaj, como por ejemplo, involucrarse en chismes. Algunos
argumentan que no tienen tiempo para ir a visitar a los santos; sin embargo,
pierden muchas horas en chismes y charlas vanas. Si vamos al Adón y
pedimos Su misericordia y gracia para dejar de parlotear, ahorraríamos mucho
tiempo, el cual podríamos invertir para cuidar de los santos.
En el
recobro del Adón no tenemos pastores que hayan sido designados para
cuidar de los santos, ya que este tipo de concepto pastoral proviene del
cristianismo degradado. En el recobro del Adón, cada hermano y cada
hermana debe llevar la carga de cuidar de otros, en especial de los jóvenes y
de los nuevos contactos. Después de las reuniones, muchos acostumbran visitar
siempre a los que ya conocen. En lugar de hacer esto, deberían aprovechar la
oportunidad para conocer a los nuevos contactos y a los jóvenes, y aun para
comunicarse con alguien que haya tropezado y por quien han estado orando. Si
cada uno de nosotros practicara esto, serían atendidos todos los jóvenes y los
creyentes débiles. Aunque usted sea una persona muy ocupada, todavía tiene el
tiempo para cuidar de alguien más, siempre y cuando tenga el corazón de hacerlo
y esté dispuesto a ejercitar su talento. Si tan sólo invirtiéramos diez minutos
con alguien, podríamos ser de mucha ayuda para la edificación de esa persona.
Cuando alguien es pastoreado en esta manera, se sentirá contento, reconocerá
que ha sido cuidado y deseará recibir más ayuda. Si todos practicamos esto,
nadie será desatendido. No será necesario que los ancianos hagan todo, porque
todos funcionarán para cuidar de los demás.
Sin embargo,
muchos piensan que la función de ellos consiste exclusivamente en hablar
durante las reuniones. Pero la función adecuada de los miembros consiste en
ministrar el suministro de vida a otros, cuidando de ellos. El aspecto
principal del servicio no es simplemente limpiar el lugar de reunión o darle
mantenimiento al jardín; la razón por la que estamos aquí es para tomar cuidado
de los bienes de Elohim.
No todos
tienen la habilidad de hablar en las reuniones. Quisiera decir una palabra de
aliento a todos aquellos que no nacieron con la destreza de hablar bien: no es
imperativo que usted funcione hablando en las reuniones. Para dar una
exhibición, en ocasiones los ancianos tratan de guiar a todos a funcionar en
las reuniones, y tal vez digan: “Si usted no funciona, no está en la corriente
de la Ruaj ni tampoco está al día”. Esta palabra frustra a los que no
tienen la habilidad de hablar bien y causa que no deseen venir a las reuniones
por temor a que los ancianos los obliguen a funcionar. Se ha formado un
concepto de que es algo vergonzoso no hablar en las reuniones, y que hacerlo es
glorioso.
Todos
debemos aprender a usar nuestro talento para multiplicar los bienes del Adón.
El Adón nos ha dado por lo menos un talento a cada uno de nosotros, el
cual forma parte de Sus bienes; por lo tanto, nuestra carga, deber y
responsabilidad, es multiplicar dicho talento. No busque pretextos ni diga que
no tiene tiempo para cuidar de otros. No importa cuán ocupado esté, todavía
puede funcionar cuidando de algunos, aun si únicamente puede venir a una sola
reunión por semana. No piense que usted es muy débil; quizás sea débil, pero
aún hay otros que están casi muertos, y ellos necesitan de su ayuda. La
mejor forma de usar su talento consiste en cuidar de otros, en interesarse y
preocuparse por los demás. Esto no quiere decir que debe entrometerse en
los asuntos de los demás; el Adón no lo ha empleado con este fin, sino
para cuidar de ellos.
Ya que usted
ha recibido un talento, debe usarlo. Antes de venir a la reunión debería orar:
“Adón, yo sé que tengo un talento. No quiero enterrarlo involucrándome
en asuntos terrenales. Por el contrario, deseo usarlo para cuidar de otros”.
Muestre amor por aquellos cuyo corazón se ha enfriado; vaya a visitarlos o
invítelos a su casa. Si usted invierte tiempo con el Adón y abre su
corazón para preguntarle a quién debería cuidar, el Adón le dará la
carga. Cuando visite a otros y tenga comunión con ellos, espontáneamente usará
su talento. No diga: “Adón, Tú eres un hombre duro que siegas donde no
sembraste y recoges donde no aventaste”. Por el contrario, el Adón ha
sembrado y esparcido mucho. Más bien, debemos ver que hay mucho que segar y
recoger. ¡Oh, la cosecha es muy vasta, pero los obreros son muy pocos! No hay
necesidad ni siquiera de sembrar, simplemente vaya a cosechar. Después de cada
reunión hay tiempo para cosechar y recoger. Al hacer esto, ejercitaremos
nuestro talento. De este modo, un talento se multiplicará en dos; los dos
talentos se convertirán en cuatro; y los cinco talentos llegarán a ser diez. Es
así como se multiplicarán las posesiones de Elohim que nos han sido
encomendadas. Si somos fieles en practicar esto, el recobro del Adón
ciertamente se multiplicará.
El Verso 27
dice: “Por tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros, y al venir
yo, hubiera recobrado lo que es mío con los intereses”. Depositar el dinero
con los banqueros se refiere a usar el don del Adón para guiar a otros a
la salvación y ministrarles las riquezas de Elohim. Los intereses
aquí indican el resultado provechoso que obtenemos para la obra del Adón al
usar Su don.
En cierto
sentido podemos decir que los banqueros son todos los nuevos contactos, los
jóvenes y los que se han desanimado. Debemos depositar los bienes del Adón
con estos banqueros; ellos no son los hermanos que llevan la delantera, sino
los débiles, aquellos que tienen problemas. Supongamos que un hermano tiene
algunos desacuerdos con la congregación y habla negativamente de ella. Los que
hablan negativamente de la congregación por lo general también tienen algo
negativo que decir acerca de los ancianos. Tal persona habla de esta manera
para vindicarse a sí mismo: si la congregación está mal, él está bien; pero si
la congregación tiene la razón, es él quien está equivocado. Si los ancianos
están mal, él ciertamente queda vindicado. No obstante, a pesar de que
disiente, él es un hermano y ama al Adón. ¡Cuán bueno sería que este
hermano disidente fuera atendido, no por uno de los ancianos, sino por otro
hermano en la congregación que lo amara y se interesara por cuidarlo! Si este
hermano disidente fuese pastoreado por otros santos, gradualmente él regresaría
y alabaría al Adón por la congregación.
Si usa su
talento de esta manera para cuidar de otros, no sólo lo multiplicará, sino que
usted mismo estará en el tercer cielo, crecerá rápidamente, será renovado en el
ruaj de su mente y será transformado. Además, entre nosotros habrá un
maravilloso testimonio del Cuerpo de HaMashíaj que todo el universo
contemplará. El universo verá que no somos una organización religiosa, sino un
Cuerpo viviente. Por esta razón todos tenemos que usar nuestro talento, el cual
es la posesión del Adón. El resultado será que los talentos se
multiplicarán. Puedo testificar que cuanto más cuidamos de los santos y de las
congregaciones, más riquezas tenemos.
El Verso 28
dice: “Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos”. Esto
significa que, en el reino venidero, a los creyentes perezosos se les quitará
el don que el Adón les había dado. El hecho de que el talento se le
diera al que tenía diez talentos indica que el don de los creyentes fieles
será aumentado.
El Verso 29
dice a continuación: “Porque a todo el que tiene, le será dado, y tendrá en
abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. A todo el
que produzca ganancias durante la era de la congregación, se le dará más en la
era del reino venidero; pero al que no ha ganado nada durante la era de la
congregación, aun el don que tenga se le quitará en la era del reino venidero.
El Verso 30
dice: “Y al esclavo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será
el llanto y el crujir de dientes”. Esta palabra, usada también en Matityahu
24:51, indica que el pasaje de Matityahu 25:14-30 complementa la sección de
Matityahu 24:45-51. Ambas secciones tratan de la fidelidad que se necesita para
la obra del Adón. En el capítulo veinticuatro, los Versos del 45 al 51
hablan de la falta de fidelidad de un esclavo que no cumplió la comisión del Adón.
Pero los Versos del 14 al 30 del capítulo veinticinco todavía son necesarios
para ver el juicio del esclavo infiel que no usó el talento del Adón.
Tanto en el
capítulo veinticuatro de Matityahu como en el capítulo veinticinco vemos el
asunto de la recompensa y el castigo. De acuerdo con Matityahu 24:47, la
recompensa de los siervos fieles y prudentes consiste en que el Adón los
pondrá sobre todos Sus bienes. Pero el esclavo malo que comenzó a golpear a sus
consiervos y a comer y beber con los que se emborrachan, será separado y su
parte se pondrá con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de
dientes (24:49-51). En el capítulo veinticinco, el esclavo de cinco talentos y
el de dos talentos fueron recompensados al ser puestos sobre muchas cosas y al
entrar en el gozo del Adón. Sin embargo, el perezoso esclavo de un
talento fue castigado y echado en las tinieblas de afuera. Según la
interpretación de muchos maestros mesiánicos, ser echado en las tinieblas de
afuera significa la perdición eterna de un falso creyente; pero el contexto
demuestra que éste no es un entendimiento acertado. Este no es el castigo para
creyentes falsos, sino para los verdaderos creyentes que no fueron fieles. Las
tinieblas de afuera no se refieren a la perdición eterna, sino a la disciplina
durante la era del reino venidero.
La expresión
“el llanto y el crujir de dientes” se usa seis veces en el Evangelio de
Matityahu. Se usa en dos ocasiones para referirse a la perdición de los
falsos creyentes (13:42) y de los paganos malignos (13:50).
Matityahu 13:42 habla de la cizaña, los falsos creyentes que serán echados en
el horno de fuego. El horno de fuego no son las tinieblas de afuera, sino el
lago de fuego. Matityahu 13:50 habla de los gentiles perversos, el pescado
malo que equivale a los cabritos mencionados en el capítulo veinticinco.
Ellos también serán echados en el horno de fuego. Por tanto, aquellos que
perecen en el fuego eterno llorarán y crujirán los dientes.
Matityahu
8:12 dice: “Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de
afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes”. Ya que los hijos del
reino ciertamente son personas salvas, no serán echados al horno de fuego;
más bien, serán echados a las tinieblas de afuera. No creo que haya
tinieblas en el horno de fuego. Habrá llanto y crujir de dientes tanto con
los que perecen eternamente como con los creyentes derrotados; no obstante, los
creyentes derrotados no serán echados en el lago de fuego, sino que serán
arrojados a las tinieblas de afuera y quedarán excluidos de la gloriosa esfera
de la presencia del Adón.
Matityahu
22:13 dice: “Entonces el rey dijo a los servidores: Atadle de pies y manos, y echadles
a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes”. Este
caso se refiere a uno que no estaba vestido con traje de boda. Aquí, por
supuesto, no se refiere a un incrédulo, sino a una persona salva. Esta persona
salva no fue echada al lago de fuego, sino a las tinieblas de afuera.
La misma
frase se usa otras dos veces, una en Matityahu 24:51 y la otra en 25:30. De
acuerdo con Matityahu 24:51, el siervo malo será separado de la presencia del Adón
y se pondrá su parte con los hipócritas, donde será el llanto y el crujir de
dientes. El Verso gemelo, 25:30, dice que el esclavo inútil será echado a las
tinieblas de afuera, donde será el llanto y el crujir de dientes. Al leer todos
estos Versos vemos que los falsos creyentes (la cizaña) y los gentiles malvados
serán echados al horno de fuego, o sea, al lago de fuego, donde será el llanto
y el crujir de dientes. Pero los creyentes derrotados, tales como los hijos del
reino (capítulo ocho), aquellos que no tengan traje de bodas (capítulo
veintidós) y el esclavo infiel (capítulos veinticuatro y veinticinco), serán
echados a las tinieblas de afuera. Allí, en las tinieblas de afuera, también
habrá llanto y crujir de dientes. Esto no se refiere a la perdición eterna,
sino al castigo en la próxima dispensación. Aunque nuestra salvación es eterna,
todavía queda pendiente el asunto de la recompensa o el castigo para los
creyentes que se efectuará durante la era del reino venidero. Si somos fieles
al Adón, seremos recompensados durante la próxima era; pero si no le
somos fieles, seremos disciplinados. Esto se puede ver con claridad en la
Palabra santa de Elohim.
En el
mensaje anterior y en este mensaje hemos visto los aspectos de la vida y el
servicio. En cuanto a la vida, es necesario velar para ser llenos de la Ruaj
HaKodesh; y en cuanto al servicio, necesitamos ser fieles para usar los
dones de la Ruaj HaKodesh. Velar en cuanto a la vida se relaciona
con el arrebatamiento temprano, y la fidelidad en el servicio se
relaciona con la recompensa. Si velamos y somos fieles, podremos ser
arrebatados temprano y recompensados cuando el Adón venga. Ser
arrebatados temprano equivale a participar en el disfrute de la fiesta de
bodas, y ser recompensados equivale a participar de la autoridad en la
era venidera.
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SHALOM A TODOS
ATENTAMENTE RICARDO ANDRES PARRA RUBI
MALKIYEL BEN ABRAHAM
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