MOMENTOS COMO AGUAS TURBIAS
...Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por nuestro Mesías, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy” 2 Cor. 12:9,10
Una jovencita comento cierta vez una interesante experiencia:
Cuando estás buceando entre los restos de un naufragio, lo peor que puedes hacer es perderte porque, una vez que te quedas sin aire, te morirás allí encerrado. Este pensamiento se me cruzó la cabeza cuando me encontraba buceando en las Islas Marshall, en un barco hundido llamado Prinz Eugen.
Nuestro guía, en quien yo no confiaba demasiado, acababa de llevarnos al interior del barco y estábamos en uno de los dormitorios. Los muebles estaban pegados al techo porque el barco había naufragado y quedado boca abajo.
De lo que no nos dimos cuenta es de que todo a nuestro alrededor estaba cubierto con una fina capa de cieno. Nuestra presencia agitó el cieno y todo se volvió oscuro como la noche. Cuanto más nos movíamos, más oscura se volvía el agua. No podía siquiera ver mi mano delante de la cara. Estaba muerta de miedo.
No solo no sabía cómo salir de allí, sino que tampoco podía encontrar a nuestro guía. A tientas intenté encontrar la puerta, pero me golpeé contra las paredes, el escritorio y una silla. Cuando creí que no saldría viva de allí, sentí una mano agarrándome por la muñeca y tirando de mí hacía afuera. No podía ver a nadie, pero sabía que me estaban salvando la vida.
Ya de nuevo en la superficie vi que era nuestro guía. Parece que era mucho más capaz de lo que yo había pensado.
A veces nuestras vidas también se ponen un poco como aguas turbias y la oscuridad de la noche nos abruma. Durante esos momentos, nos preguntamos dónde está nuestro Padre Eterno, si nos habrá abandonado a tanta agitación.
Sin embargo, Shaúl en sus epístolas de la Torá nos dice que es precisamente en esos momentos cuando el poder de Elohim se manifiesta. En 2 Corintios, Shaúl/Pablo se está defendiendo a sí mismo de las graves acusaciones que está recibiendo y, entonces, dice algo que no comenta en ninguna otras de sus cartas:
Expresa que tiene “una especie de espina clavada en el cuerpo” (12:7). Y que en tres ocasiones, le pidió a Yahshúa que le quitara esa espina, pero Él simplemente le aseguró que el poder de su gracia estaría con él y ese poder lo fortalecería en su debilidad.
Cuando lo estamos pasando mal y nos sentimos perdidos, Yahweh tiene la oportunidad de mostrar su poder. Fue en los momentos más duros de mi vida que he sentido más de cerca de Elohim. Si estamos pasando alguna prueba, confiemos en que saldremos más fortalecidos de ella que antes de la misma.
Así como crecemos en la vida físicamente y también en madurez con nuestras experiencias y edad, lo mismo debe y necesitamos que suceda en nuestra vida espiritual.
Muchas veces creemos que nuestras incapacidades o defectos que nos impiden ser mejores personas en cualquier aspecto son las cosas que "Elohim debería sacar de nuestras vidas" para que seamos creyentes victoriosos y fuertes en la Emuná.
En algún momento esto mismo se cruzó por la cabeza de Shaúl, sin embargo, junto con el muchas veces pasamos por alto una gran enseñanza: "somos seres caídos, heridos por el pecado, pero no solo en nuestro cuerpo frágil y dependiente...sino también en nuestra mente y corazón"
Por esta misma razón a Shaúl como a nosotros se nos enseña que el paso más importante que debemos aprender a dar en nuestra vida espiritual es el de "dejarnos tomar por la mano de Yahshúa cuando la incertidumbre nos rodea"...así como solo el instructor y guía sabía perfectamente en que medio se movía y como rescatar a cualquiera de los que estaban bajo su cuidado...así solo Yahshúa puede guiarnos a través de la vida para salir victoriosos aun en lo que nos parezca una derrota.
Nuestro perfeccionamiento en la Emuná no depende de cuan eficaces seamos por nosotros mismos...sino de cuan confiados seamos en la "perfección de nuestro propio Mashíaj".... para seguir creciendo cada día más en ella.
las circunstancias que nos rodean cotidianamente en la vida son mucho más complejas de lo que parecen en cuanto a su interrelación con los variadísimos factores que la influyen en todo sentido. Solo nuestro Poderoso Mashíaj sabe, los conoce, y puede tenerlos absolutamente a todos en cuenta.
Por eso Él nos ofrece su mano confiable para guiarnos en un mundo lleno de pecado y con un Enemigo que busca nuestro fracaso continuamente. Que "emoción más grata" es saber que cuando nuestros ojos no pueden ver salida alguna ...la mano de nuestro Buen Pastor y Maestro se extiende como potente luz delante de nosotros por medio de la Torá.
En ella nuestro Mashíaj nos dice: "No temáis, he aquí Yo estoy con vosotros hasta el fin..." Nuestro deber es esforzarnos en desechar siempre lo incorrecto y aprender a vivir lo correcto por medio de sus preceptos divinos. Pero siempre "la primera materia a aprobar que cada día se repite nuevamente es "seguir creciendo en Emuná"
Poder decir como Job y como sus Talmidím:
"Yo sé que mi Redentor vive!"... pues…" yo también se en Quien he creído..."...y esto solo se logra, orando, aprendiendo de la Torá, confiando y extendiendo nuestra mano en Emuná...esa mano en Emuná que será tomada por nuestro Mashíaj y sintiendo su ayuda y rescate, aunque nuestros ojos humanos no le puedan ver.
Confía y crece en esa confianza
EDICIÓN POR HÉCTOR MANE